Ming es un sicario que, cansado de correr riesgos, quiere dejarlo. Su agente, que ha roto el código profesional de evitar toda implicación personal, lo convence para hacer un último trabajo que no tendrá los resultados deseados.
Un emocionante subidón cinematográfico.
El estilo cinematográfico de Wong Kar-Wai es inconfundible: moderno, colorido y enérgico. Y su ritmo frenético y exuberante trabajo de cámara convierten a Hong Kong en un país de las maravillas de neón.
Incluso los detractores de Wong, que le consideran más estilista que autor, lo tendrán difícil para desestimar la extraordinaria profundidad emocional que logra en esta película
Un emocionante subidón cinematográfico.
El estilo cinematográfico de Wong Kar-Wai es inconfundible: moderno, colorido y enérgico. Y su ritmo frenético y exuberante trabajo de cámara convierten a Hong Kong en un país de las maravillas de neón.
Incluso los detractores de Wong, que le consideran más estilista que autor, lo tendrán difícil para desestimar la extraordinaria profundidad emocional que logra en esta película