Isabelle es adicta a las causas benéficas. Está siempre yendo de una acción humanitaria a otra. A menudo utiliza su filantropía como una forma de sentirse culpable con su familia y amigos. La llegada de una carismática benefactora al centro social donde trabaja amenaza su posición. Como una forma de restaurar su reputación, la implacable Isabelle decide abrir una autoescuela para refugiados en París, cueste lo que cueste.
[Jaoui] vuelve a brillar como intérprete. Tiene una vis cómica sutil (...) aunque aquí no dirija (...) existe una autoría de actriz, la crítica es de trazo bien medido y la sátira no necesita de la grosería. (…) Puntuación: ★★★ (sobre 5)
Una sátira amable sobre la asistencia social.
Una comedia con saludables apuntes de mala leche.
[Jaoui] vuelve a brillar como intérprete. Tiene una vis cómica sutil (...) aunque aquí no dirija (...) existe una autoría de actriz, la crítica es de trazo bien medido y la sátira no necesita de la grosería. (…) Puntuación: ★★★ (sobre 5)
Una sátira amable sobre la asistencia social.
Una comedia con saludables apuntes de mala leche.